Veintiuno. Son los días que faltan para que arranque en Madrid la Cumbre del Clima, una cita trasladada a la capital a solo un mes vista, después de que Chile anunciase su incapacidad para acogerla por la crisis interna que atraviesa. Este repentino cambio ha trastocado los planes de muchos y entre los afectados está Greta Thunberg. La activista sueca, que viajó a EE UU en septiembre para intervenir ante la ONU y que pensaba bajar a Santiago por tierra, ha pedido apoyo para volver a cruzar el Atlántico en un transporte sostenible. ¿Qué medios le puede ofrecer España?

La titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera, no tardó en mostrarse dispuesta a ayudar a la joven de 16 años. Pero no concretó cómo. Este diario ha preguntado al ministerio los detalles de esa ayuda pero tampoco ha tenido respuesta. Dos expertos sí dan algunas pistas.

El periodista ambiental César-Javier Palacios y el director de Greenpeace, Mario Rodríguez, coinciden en que la alternativa más factible es que Greta venga por mar y para ello necesita un velero. El que la llevó hasta Nueva York, el Malizia II, se encuentra participando en una regata de camino a Salvador de Bahía, en Brasil, lo que lo sitúa a 7.000 kilómetros de la ciudad estadounidense. 

"Tiene que ser un velero, por ejemplo, el Bribón del rey Juan Carlos", concreta Palacios. "O alguno de los que utiliza el equipo olímpico de vela", añade y explica que son rápidos y pueden recorrer largas distancias, pero resultan pequeños e incómodos, por lo que opina que habría que pensar más en el yate de algún millonario que quiera cederlo: "Cuanto más grandes, más cómodos, aunque son más lentos".

GTRES

Rodríguez cree que la embarcación debería estar ya en EE UU porque en hacer el trayecto de ida y el de vuelta tardaría más de un mes. La joven empleó dos semanas en llegar a Nueva York pero ahora las condiciones meteorológicas pueden ser mucho más adversas. "La situación de las borrascas atlánticas en estas fechas es compleja. Hay un montón, sobre todo en la zona entre las Azores e Irlanda", apunta el director de la ONG, lo que ralentizaría el viaje. "En América tiene que haber veleros. Que algún mecenas o alguna celebrity le pague el alquiler de uno", propone.

Ambos expertos descartan la vía aérea porque los aviones solares aún no tienen la envergadura suficiente. Algunos han cruzado el Atlántico pero aún en vuelos experimentales. Tampoco los que funcionan con biocombustible serían una opción, según el periodista, porque se usan mezclando queroseno. La larga y auténtica aventura de entrar en Rusia por Alaska tras cruzar el estrecho de Bering parece igualmente descartada.

Pese a las dificultades, todas las esperanzas están puestas en que Greta llegue a Madrid a tiempo, si no el 2 de diciembre sí durante los once días que dura la COP25. "Es un icono mundial y hay que apoyarlo porque gracias a estos iconos, la humanidad avanza", concluyen desde Greenpeace.

"No admitiremos postureos"

Las ONG valoran muy positivamente que España acoja la cumbre pero le piden al Gobierno la misma ambición y urgencia a la hora de tomar medidas ante lo que es una emergencia climática. "Debemos acelerar el ritmo de reducción de emisiones", alerta Mar Asunción, responsable de Clima y Energía de WWF España. "¿Qué le van a decir a Greta cuando venga y vea que no alcanzamos los compromisos del acuerdo de París?", se pregunta el director de Greenpeace. "No admitiremos postureos", advierte.